jueves, 25 de octubre de 2007

Neoliberalismo y seguridad social: incompatibles

En la actualidad, la mitad de la población mundial no disfruta de ninguna forma de cobertura de seguridad social. El nuevo informe de Control Ciudadano, "En dignidad y derechos. Cómo hacer realidad el derecho universal a la seguridad social", analiza esta problemática y plantea propuestas que lleven a una mejora de la situación.

Dos sistemas de seguridad social
El informe explica que en la actualidad, los sistemas de seguridad social siguen dos modelos básicos. En uno, las prestaciones que un individuo recibe están directamente vinculadas a los aportes que la persona realizó durante su vida activa. En el otro sistema, basado en la solidaridad social, se destinan recursos generados por impuestos a cubrir la seguridad social de los individuos según sus necesidades, y no de acuerdo a su capacidad de ahorro personal.

El sistema primeramente mencionado aplica los principios del Consenso de Washington, que se ha manifestado en los paquetes de ajuste estructural que el Banco Mundial ha aplicado en varios países. El modelo se basa en tres pilares: un pilar de ahorro obligatorio administrado por el Estado, uno de capitalización individual bajo administración privada, y un tercero de capitalización individual voluntaria.

Este sistema desplaza la responsabilidad por la seguridad social a los individuos. El Estado, clave en el sistema solidario, cumple aquí una mera función secundaria, a lo sumo de fiscalización, quedando sin instrumentos para por ejemplo contrarrestar el aumento de la brecha entre ricos y pobres. Además, al recaer la responsabilidad sobre las personas, se genera la idea de que el no tener acceso a la seguridad social por limitaciones económicas, se debe a una incapacidad, un fracaso personal.

Nuevo pacto socialEl informe señala que el gran desafío es lograr un equilibrio entre la justicia social y la sustentabilidad económica de los sistemas de seguridad social. Esto requiere la estipulación de un nuevo pacto social, tanto a nivel nacional como internacional, para equilibrar los derechos individuales y los sociales.

Sin embargo, el analista Fernando J. Cardim de Carvalho, que escribió uno de los artículos temáticos del informe, sostiene que el debate social necesario para alcanzar un nuevo pacto social se ve dificultado por las ideas neoliberales acerca de las virtudes del mercado, convicciones que se mantienen muy arraigadas en la realidad actual.

El analista opina además que los problemas financieros de los sistemas de seguridad social podrían en gran parte evitarse si se reintrodujera la prioridad del pleno empleo como meta social, tal como lo fue durante las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Flujo internacional de capitalOtras voces de Control Ciudadano sostienen que esta medida no es suficiente, ya que el mundo ha cambiado mucho en las últimas décadas. En aquel entonces, las políticas de industrialización generaban empleo y aseguraban un cierto grado de distribución de la riqueza. En el actual mundo globalizado, el enorme flujo internacional de capital es un factor decisivo que termina degradando tanto los salarios, como las normas ambientales y laborales.

Por tal razón, Control Ciudadano plantea que para garantizar el derecho universal a la seguridad social, una de las medidas a tomar es poner fin a los paraísos fiscales y los centros bancarios extraterritoriales, instituciones que fomentan la corrupción y dejan a los países menos pudientes en un estado permanente de inseguridad.
Versión abreviada Informe en:

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